DAME UNA SOLUCIÓN, NO UN PROBLEMA
Una práctica típica de nuestra profesión, que transmite una imagen poco profesional de nuestro trabajo, es entregar al cliente un gran número de propuestas en respuesta a un sólo briefing.
Siempre he defendido que, cuando hago un proyecto, sé cuando llego a la solución más adecuada, y por tanto, no estoy de acuerdo en mostrar al cliente aquellas otras opciones que yo íntimamente ya he rechazado, pues sé que son peores o no funcionan tan bien. Además, dar a elegir al cliente es transmitirle que consideramos que él está más cualificado que nosotros para decidir sobre estas cuestiones, lo cual es absurdo. El cliente deberá darnos un breafing previo, y nosotros debemos devolverle una solución: “la solución”.