¿CONCURSO? NO GRACIAS

El tema de los concursos de diseño gráfico no remunerados ya se tocó anteriormente, y para los que no lo hayan hecho, les recomiendo leer el artículo de la Asociación de Directores de Arte y Diseñadores de Gráficos ADG/FAD, pues es interesante ver como la oposición a estas convocatorias es la misma en otros lugares y aún así, mientras nuestros profesionales se sigan presentando a ellas, seguirán existiendo.

¿Por qué presentamos proyectos terminados o casi terminados sin cobrar por ello? ¿Cómo pretendemos cobrar por nuestro trabajo un precio justo, si constantemente estamos regalándolo? No podemos quejarnos de que no se valore nuestra labor mientras seamos capaces de trabajar gratis una y otra vez. Esto no se hace en ninguna otra profesión: tu abogado te cobra aunque el juez decida meterte en la cárcel, el asesor fiscal te cobra aunque se haya equivocado y Hacienda te multe, el mecánico te cobra por decirte que tu coche no tiene arreglo, el peluquero te cobra aunque te haya dejado horroroso, el cirujano te cobra aunque no te haya dejado peor de lo que estabas, todos ellos cobran por el tiempo que te dedican, aún cuándo el resultado no te guste ¿cuándo nos quitaremos nosotros esta falta de autoestima profesional?

La costumbre que difundieron en su día ciertas agencias de publicidad de “regalar” el trabajo creativo camuflando su coste en otros cargos ha hecho un gran mal a esta profesión. Ha despreciado nuestra labor y ha dado excusas a la sociedad para que piense que el diseño gráfico no es un trabajo como cualquier otro; que los diseñadores gráficos no necesitamos ganar dinero como los fontaneros o los fisioterapeutas, que no estamos detrás de un ordenador todo el día para poder comer y pagar la hipoteca.

Tanto diseñadores que empiezan como los que llevan muchos años en esto creen que aceptar concurrir a estas competiciones los pone o los mantiene en el mercado. Los concursos no pueden ganarse siempre, puedes ganar a veces, pero perderás muchas más, y sobre todo, estamos haciendo que pierda este oficio cada vez más despreciado, hoy en día, cuando cualquiera cree que puede hacer nuestra labor con manejar un programa de diseño.

Concursando a fondo perdido seguimos difundiendo la idea de que trabajamos “por amor al arte” y por tanto, al igual que un artista somos subjetivos; es por eso que el cliente desconfía de nuestra profesionalidad, hasta tal punto, que se niega a pagar nuestro trabajo. Cree que no valemos lo suficiente y nos invita concursar a fondo perdido a “a ver si alguno da en el clavo”. Encima admitimos que nuestro trabajo y nuestra profesionalidad la juzguen personas que no tienen criterio para hacerlo, porque en la práctica, los que deciden qué diseño es el adecuado no tienen ninguna o escasa formación técnica. (Señálenme un solo jurado en la historia de esta Ciudad en el que la presencia de profesionales del diseño gráfico formara mayoría).

¿Cuándo terminará esto? Cuándo se convertirá en norma pagar a los profesionales del diseño para que presentemos nuestra propuesta a concurso ¿cuándo dejarán los clientes de pretender obtener trabajo y profesionalidad de forma gratuita para después tirarlo a la basura? ¿cuándo estarán los jurados formados por profesionales del diseño gráfico que sepan valorar realmente los diseños presentados?

Eso ocurrirá cuando nosotros empecemos a decir: NO GRACIAS, NO ME PRESENTO A CONCURSO. Es la única manera de acabar con esta indignidad.